Página 15 - Revista Hall 37ª Edição - Fevereiro 2014

Para solucionar el “problema”, Bizet y su madre comenzaron a
comercializar grabados, xilografías y objetos de arte en general,
fabricados en serie por artistas como la ceramista Kimi Nii, el arquitecto
y ceramista portugués Alberto Cidraes y el escultor Vasco Prado.
Fue en esa época, en 1984, que los primeros arquitectos y diseñadores
de interiores comenzaron a llegar a la ciudad y Bizet se trasladó
a una tienda más grande, ahora con 120 m², en el Jóqiei, barrio
noble de Teresina, donde está hasta hoy, pero, con un
espacio mucho más grande, de 2 mil m².
Precursora en la comercialización de obras de arte y objetos
diferenciados, Bizet ha incorporado a su mezcla de productos,
muebles de diseño, de alta calidad. “Yo atendía una cuota muy
específica de la población. Son piezas difíciles de vender, pero,
mi hermano siempre bromea y dice que si uno quiere vender
algo, sólo debe ponerlo en mi mano”.
Hija y nieta de comerciantes, la empresaria caminó en el sentido
contrario al de las tradicionales tiendas de muebles que venden
la llamada “línea comercial”, y optó por las piezas únicas. “Yo no
vendía una sala comedor lista o un conjunto de sofá, sino piezas
por separado. Las personas que se dirigían al eje Río-São Paulo a
comprar, ahora encontraba lo que existía de mejor en la ciudad. Yo
di vuelta a la situación, pero no fue tarea fácil. La tienda sobrevivía
de las exposiciones de arte y de los artistas locales, y también porque
era época en que los gastos eran menores”, aclara Bizet, refiriéndose
principalmente al Plan Collor, conjunto de reformas económicas y
planes para estabilización de la inflación en 1990. “Fue terrible.
Fueron varias crisis y sólo quien vive dentro de una empresa sabe
cuántas veces uno se encuentra con una situación en que piensa
cerrar. Han sido innúmeras”, recuerda.
Pero, el gran salto para la tienda actual fue la abertura comercial
en Brasil, implantada por el Gobierno. Bizet fue a la feria High
Point Market, en Estados Unidos, e importó objetos de decoración y
mobiliario, con precios más accesibles que los nacionales. “En aquella
época, no existía en Brasil una línea de alta decoración. O se encontraba
algo muy popular, o muebles muy caros”, explica. En 1997, Bizet importó
tanto que no tenía espacio para la mercancía en la tienda. Decidió
montar una Muestra de Decoración en su casa de 680 m², dentro de una
quinta de 15 hectáreas al borde de la carretera BR-343. “Me trasladé
para organizar la muestra. Vendí en 15 días lo que no vendía en 3 años.
La visitación fue increíble. Me di cuenta de que necesitaba un espacio
más grande y compré el terreno donde estoy hoy, desde 1999”. 15