Os estudiosos afirmam que as primeiras cadeiras
surgiram a cerca de 4 mil anos atrás com os egípcios,
quando estes deram encosto ao assento. Produzidas
com ébano e cedro, e muitas vezes revestidas em
ouro e marfim, as cadeiras egípcias eram repletas de
detalhes misturando pernas de animais e formatos
de leão. Os artesãos que as fabricavam eram
extremamente talentosos e minuciosos.
Outros mobiliários que ocupam de forma discreta os
ambientes e de maneira importante compõe a história
do ato de se sentar da humanidade, são os banquinhos
e as banquetas. Entretanto, desde o começo ao seu
uso são atribuídas várias funções que estão além de
sentar e servir de apoio a outros objetos. Os egípcios,
por exemplo, por ser um povo de estatura pequena,
utilizavam os banquinhos como uma espécie de degrau
para subir nas cadeiras e após estarem sentados estes
mesmos banquinhos serviam como apoio para os pés.
No Brasil, a história da cadeira começa no século 16
com a chegada dos portugueses. Antes, aqui, os
mobiliários indispensáveis eram apenas as redes e as
esteiras indígena, feitas de fibras vegetais. No início
eram de uso restrito às igrejas, conventos, palácios de
governo entre outos locais de requinte. Já no século 19
as famílias brasileiras com alto poder aquisitivo passam
a incorporar as cadeiras como peça do mobiliário. O
restante da população, quando necessitava descansar
as pernas ou mesmo uma pausa para conversa, sentava
em pequenos bancos, redes ou até mesmo no chão.
Aos poucos esta peça foi se democratizando no país
e chegando ao alcance de todos, assim como
é nos dias de hoje.
A cadeira assumiu papel de tamanha relevância
para humanidade que, mesmo estando no espaço
os astronautas as têm como referência, de forma
a dar a ideia de um ambiente habitado.
Isso sem mencionar que cada cadeira carrega
consigo um propósito, podendo este ser direcionado
ao trabalho, ao lazer, ao uso social, para os estudos
ou somente como um peça de exposição, sendo
infinitas as suas possibilidades e harmonizações
com os ambientes.
Los estudiosos afirman que las primeras sillas surgieron hace
cerca de 4 mil años, con los egipcios, cuando incluyeron
respaldo al asiento. Elaboradas en ébano y cedro, y muchas
veces revestidas en oro y marfil, las sillas egipcias eran
repletas de detalles que mezclaban patas de animales y
formas de león. Los artesanos que las fabricaban tenían
gran talento y era muy detallistas.
Otros muebles que ocupan de forma discreta los ambientes
y que componen la historia del acto de sentarse de la
humanidad, son los banquillos y las banquetas. Sin embargo,
desde el inicio, se le atribuye a su uso varias funciones que
van más allá se sentarse y servir de apoyo para objetos. Los
egipcios, por ejemplo, por ser un pueblo con estatura baja,
utilizaban los banquillos como si fuese un escalón para
subirse a las sillas, y después de sentarse en ellas, para
apoyar los pies.
En Brasil, la historia de la silla comienza en el siglo XVI,
con la llegada de los portugueses. Antes, los muebles
indispensables eran apenas das hamacas tejidas y las
esterillas indígenas, elaboradas en fibras vegetales. Al inicio,
las sillas eran de uso limitado a las iglesias, conventos,
palacios de gobierno, entre otros lugares elegantes. Ya en el
siglo XIX, las familias brasileñas con elevado poder adquisitivo
pasaron a incorporar las sillas como muebles. La población
en general, cuando necesitaba descansar las piernas o
deseaba hacer una pausa para conversar, se sentaba
en pequeños bancos, hamacas o también en el suelo.
De a poco, esa pieza se fue democratizando en el país
y fue llegando al alcance de todos, tal como lo es hoy día.
La silla pasó a ser tan importante para la humanidad que,
aun estando en el espacio, los astronautas las tiene como
referencia, de forma a dar la idea de un ambiente habitado.
Eso sin mencionar que cada silla lleva en sí un objetivo, que
puede estar dirigido al trabajo, a la recreación, al uso social,
para los estudios o apenas como una pieza de exposición,
con infinitas posibilidades y armonía con los ambientes.
LUCATTI
RAFFINATO
¿PUEDE USTED IMAGINARSE UNA
CASA, UNA OFICINA, UNA TIENDA
O UNA ESCUELA SIN SILLAS, O,
AL MENOS, UNA BANQUETA?
¡IMPOSIBLE! ELLAS ESTÁN TAN
INCLUIDAS EN NUESTRAS VIDAS
QUE MUCHAS VECES, INCLUSO,
PUEDEN PASAR SIN SER NOTADAS,
PERO JAMÁS OLVIDADAS. CON
MILES DE AÑOS DE CREACIÓN
Y COMPONIENDO LOS MÁS
DIFERENTES AMBIENTES, LAS
SILLAS OCUPAN EN LA HISTORIA
EL ROL DEL OBJETO DE USO
INDIVIDUAL MÁS PROYECTADO,
DISEÑADO Y REDISEÑADO
HASTA NUESTROS DÍAS.
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